martes, marzo 04, 2008

Bono vuelve a contradecir a Barreda al apostar por la continuidad del Tajo-Segura

D. MARTÍNEZ
HOY EN ABC
ALICANTE. El ex ministro de Defensa y ex presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, promocionado ahora como aspirante a presidir el Congreso en caso de victoria socialista, se empeñó ayer en presentarse una vez más como el «verso suelto» del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero -«no todos pensamos milimétricamente igual»-.
En la sede autonómica del PSPV de Alicante, y con el ministro de Sanidad y candidato Bernat Soria como anfitrión, Bono protagonizó -en contra de la postura defendida por el PSOE de Castilla-La Mancha- un alegato a favor de la continuidad del Tajo-Segura con la «solidaridad» como acicate, que desmontó -una vez más- el discurso del PSOE, construido durante cuatro años y sostenido ayer tímidamente por Soria. El ex presidente de Castilla-La Mancha, que probaba por vez primera el agua desalada -«pues no está mal», exclamó-, construyó una de sus acostumbradas florituras discursivas al ser inquirido por el trasvase, aunque no logró camuflar el fondo de la cuestión: mientras existan sobrantes, el Tajo-Segura cuenta con su visto bueno. En este sentido afirmó con ironía que no le pidieron «opinión ni permiso» cuando se construyó el Tajo-Segura, pero recordó que, cuando gobernaba Castilla-La Mancha, llegó a «un acuerdo con la Comunidad Valenciana y con Murcia en virtud del cual se podían trasvasar las aguas excedentarias y no se podrían trasvasar las que no eran excedentarias».
Sin fronteras administrativas
Sí se mostró en contra el trasvase del Ebro, a cuenta de la ofensiva semántica protagonizada por Rodríguez Zapatero en el debate. Pero al hablar del Tajo, José Bono se aferró a la «solidaridad» como elemento definitorio de la ideología socialista, para afirmar que «el agua no es de nadie en particular, sino de todos los españoles en general». Así, recordó que -mientras su partido, como el PP de Castilla-La Mancha, pretende poner fin a las transferencias al Segura- en el trasvase desde el Tajo «se cumple la ley», y se cumplirá mientras ésta no cambie. Siempre, obviamente, que «existan excedentes y se supere el mínimo fijado» para poder acometer los riegos trimestrales.
La opinión de Bono no es baladí. No en vano, fue el presidente de la autonomía cedente hasta que se convirtió en ministro, y se cuenta entre los «barones» del PSOE. Un partido que ha puesto en cuestión todos los trasvases existentes, en ejecución o proyectados, bajo la consigna de la «autonomía de cuenca» acuñada por la titular de Medio Ambiente, Cristina Narbona.
Mientras Soria clamaba por la desalación como «la solución del siglo XXI», Bono apelaba una y otra vez a la solidaridad. Sobre la fecha de caducidad del trasvase, el castellanomanchego apostó -como en su reciente entrevista con ABC-, en «no salir a buscar problemas». Eso sí, advirtió que, «cuando lleguen», el PSOE optará por «el sentido común» y advirtió que las fronteras, «también las administrativas», están «para saltárselas».
Y mientras el ex presidente de la Junta «defendía» la continuidad del trasvase, el vicepresidente primero de Castilla-La Mancha, Fernando Lamata, afirmaba que confía en que la Administración del Estado «no cargue a la Hacienda Pública con obligaciones de las que no tiene que hacerse cargo» reconociendo derechos a los regantes del arco mediterráneo sobre las aguas del Tajo-Segura, informa Efe. Preguntado sobre su opinión respecto a que la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) esté tramitando expedientes para reconocer con base jurídica los derechos de comunidades de regantes sobre los caudales del trasvase, aseveró que esa tramitación no tiene sentido.
Añadió que el Gobierno de Barreda se opone a que se consoliden «derechos inexistentes sobre un supuesto uso de agua» del trasvase Tajo-Segura y reiteró la oposición «firme y serena» de la Junta al acueducto, que insistió tendrá su fin en 2015.